Por: Carlos Manuel Estrella
El tercer aspecto de la propuesta de reforma constitucional presentada por el presidente Luis Abinader es unificar las elecciones presidenciales, congresuales, municipales y parlamentarias de organismos internacionales, a partir del tercer domingo de mayo de 2032, cada cuatro años.
Esta fórmula retornaría al sistema anterior a 2010 en que los electores acudían un solo día para elegir todos los cargos: presidente, vicepresidente, senadores, diputados, alcaldes y vicealcaldes, regidores, directores distritales y vocales de juntas distritales, así como los miembros del Parlacen.
El propósito de aquel cambio, para separar las municipales de las demás votaciones, era eliminar el arrastre de agrupaciones mayoritarias, pero el paso del tiempo demostró que “la fiebre no está en la sábana” y electores siguen influidos por la fuerza de candidatos y partidos nacionales, contra las minorías.
La unificación provocaría, como ha advertido la Junta Central Electoral, retrasos significativos en la emisión de boletines informativos con los primeros cómputos debido a complejidad del conteo, sobre todo por el voto preferencial, y falta de automatización del proceso y hasta capacidad de personal colegios.
Lograr un solo día de votaciones cada cuatro años sería un avance que requiere, desde ahora, cambios importantes en mecanismos de elección para democratizar el sufragio y hacerlo más justo y participativo, eliminando listas cerradas y bloqueadas por partidos y asignación de escaños por método Hondt.
La experiencia demuestra que falta camino por recorrer para llegar a esa unificación, que vale la pena atender calificadas observaciones de la JCE al plan y que el uso confiable, racional y sin engaños de tecnología para automatización junto a educación al elector, son imprescindibles para lograr avances deseados.