Protestas masivas, detenciones multitudinarias, críticas de la comunidad internacional, ruptura de relaciones diplomáticas o el exilio del principal candidato opositor, Edmundo González Urrutia, son tan solo una pequeña muestra de lo que ha vivido Venezuela desde las elecciones presidenciales del 28 de julio, que dieron paso a la mayor crisis del último lustro en el país.
En plena cuenta atrás para la toma de posesión del nuevo presidente venezolano, el día 10 de enero, estos son los momentos clave tras las elecciones, que tanto el actual mandatario, Nicolás Maduro, como González Urrutia aseguran haber ganado.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) dio por ganador a Maduro con el 51,95 % de los votos, frente al 43,18 % de González Urrutia, un resultado que, hasta la fecha, no ha sido publicado de forma desglosada por la institución, que alegó entonces un ataque informático a su sistema.
Ante el supuesto ataque, la coalición representada por González Urrutia, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), sorprendió al publicar en una página web lo que -asegura- son el 83,5 % de las actas de votación, que dice haber conseguido gracias a testigos y miembros de mesa el día de las elecciones, y que, según la PUD, «demuestran» el triunfo del opositor con un 67 % de los sufragios frente al 30 % de Maduro.