El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, evitó este jueves declarar en el interrogatorio ante las autoridades, durante la segunda jornada bajo detención, en el marco de la investigación sobre si cometió un delito de insurrección con su fugaz declaración de la ley marcial.
Yoon, quien fue arrestado en la víspera tras un largo asedio de las autoridades a su residencia, donde permanecía atrincherado y protegido por el servicio de seguridad presidencial (PSS) desde que fue destituido por el Parlamento nacional a mediados del mes pasado, continuó así negándose a cooperar con los investigadores.
La segunda jornada de detención y de interrogatorios infructuosos a Yoon por parte de la oficina anticorrupción tuvo lugar el mismo día en que el Tribunal Constitucional procedió con la segunda audiencia formal del procedimiento paralelo en el que se decidirá si su destitución es o no definitiva.
A comienzos de la jornada, el equipo legal de Yoon notificó a la oficina anticorrupción que encabeza la investigación que el mandatario no iba a asistir a la primera sesión de interrogatorios del día por motivos de salud, aplazándose esta a una hora posterior del jueves.
El líder conservador tampoco quiso presentarse a esta nueva sesión. «El presidente Yoon no se encuentra bien y ayer explicó completamente su postura, así que no hay nada más por lo que deba ser interrogado», dijo el abogado Yun Gap-geun en declaraciones hoy a la agencia de noticias Yonhap.
El mandatario también había rechazado hablar con las autoridades en la víspera, primera jornada en la que estuvo bajo detención y en la que pasó la noche en el Centro de Detención de Seúl, en Uiwang, cerca de las instalaciones de la Oficina para los Casos de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO).