«Te imploro que me dejes estar en la vida de mi hijo»
Esa es la súplica del actor argentino Julián Gil a su ex pareja Marjorie de Sousa que luego de recibir de un juez mexicano la custodia total del hijo que ambos procrearon.
Desde esa sentencia Julián Gil no ha podido pasar tiempo con a su hijo Matías Gregorio, aunque está obligado a enviar una considerable suma de dinero para su manutención.
Y uno se pregunta… ¿Es esto justo? que un padre sea apartado de manera absoluta de su hijo y que sea la expareja la que si le da la gana, le conceda permiso para que el padre se relacione con su hijo?
¿O estamos ante un caso en donde el padre representa un peligro para la integridad física y psicológica del menor? porque si este es el caso, entonces, tendría sentido mantener la distancia y la prohibición…
Pero veamos esto un poco más adentro.
Seguimos con las expresiones del actor, tomando en cuenta que no hemos escuchado las razones de la madre, la cual solo se limita a decir que es una dama y que no quiere hablar de eso.
Mientras el padre se desangra.
“Te suplico, te imploro, ya no sé ni cómo hacerlo, que me dejes estar en la vida de mi hijo». creo que Matías me merece, no solamente a mí, a sus hermanos, a sus tías, a su familia. Creo que le estás privando uno de los derechos más lindos que puede tener un ser humano: tener una familia y tener un papá.»
«Creo que se le está faltando el respeto al niño, sobre todas las cosas; a mí como papá, me pregunto, si Maty le pregunta ‘¿Cómo está papá?’; ‘
¿Quién es mi papá?’; ¿Qué hace mi papá?’; ‘Quiero conocer a papá’, ¿Qué le dices al niño? ‘Soy una dama y no puedo hablar”
Si esto es como lo expresa el actor, tendríamos que concluir diciendo que su ex pareja Marjorie de Sousa, utiliza a su hijo como un simple rehén, se esconde en su caparazón de resentimientos sin importarle el daño ocasionado al hijo… Esto lo vemos tanto… Parejas que se enfrentan de manera violenta, desconsiderada, cruel, no les importa pisotearlo todo, romper todo lo rompible, incluso la vida de un pequeño hijo que nada tiene que ver con los deseos de destrucción, estrago y ruina de sus padres.
Repito, si es como el actor lo expresa, y no representa un peligro para el menor, entonces, seguimos perpetuando ese criterio salvaje, bárbaro, brutal que el padre es tan solo un proveedor, que su única función es proporcionar el esperma necesario para la procreación y con eso ¡Basta y sobra! luego la madre que haga lo que quiera, use al hijo como rehén, y que exija su botín, que se convierta en pirata y al padre… bueno… ese montón de carnes y huesos, solo tírenlo por la borda.