Los medios estadounidenses informaron sobre tres explosiones cerca de una base militar en Isfahán, aunque Irán afirmó que no hubo grandes daños.
El Organismo Internacional de Energía Atómica confirmó que las instalaciones nucleares no se vieron afectadas.
El texto describe cómo las versiones de los hechos difieren entre fuentes estadounidenses e iraníes, con Irán afirmando que solo se utilizaron tres mini drones y que fueron destruidos por su defensa aérea.
Se menciona que el ataque fue una represalia casi una semana después del ataque de Irán con misiles hacia Tel Aviv.
El aumento de tensiones en Oriente Próximo afectó a los mercados, con subidas en los precios del petróleo y en los índices bursátiles.
Además, se menciona que la agencia S&P Global Ratings degradó la nota de solvencia de la deuda soberana de Israel debido a los riesgos geopolíticos.
El texto aborda restricciones en los desplazamientos aéreos en la zona, recomendaciones de abandonar Israel y llamamientos a la desescalada y moderación desde varias naciones y organizaciones internacionales.
Por último, se menciona un ataque adicional denunciado por Siria contra un sistema de defensa aérea, llevado a cabo por el Ejército de Israel.
