22 Noviembre 2024

Los presidenciables como sacados de un sombrero

La perturbación de la razón, fruto de su exagerado encanto, induce  a los grupos adinerados a suponer que lo abrazan y comprenden todo. Se creen omnipotentes.

Teleuniverso

1.- En determinadas coyunturas políticas, las clases dominantes se sienten embriagadas; desbordadas de entusiasmo y embelesadas de poder. Su estado eufórico las lleva a volverse locas.

2.- La perturbación de la razón, fruto de su exagerado encanto, induce  a los grupos adinerados a suponer que lo abrazan y comprenden todo. Se creen omnipotentes.

3.- La idea de superpoderosos en autoridad y dominio clasista, pone a la minoría nacional a ver a la mayoría pobre como algo insignificante, poquita cosa, una minucia.

4.- Precisamente, para los que en la República Dominicana, son los  dueños  del poder económico, político y social, el pueblo es, algo así, como una migaja de escaso valor o interés, una nonada.

5.- No hay que hacer el mayor esfuerzo para comprender que quienes manejan el Estado dominicano, tienen la falsa creencia que el pueblo de a pie, no es más que una pieza, una porquería.

6.- El hecho de un grupito infravalorar a las grandes mayorías nacionales, resulta de acciones que ponen al pueblo como ido de la cabeza, un desequilibrado mental, más o menos, un tarado.

7.- De tanto burlar a los que aquí son los más, los que son unos pocos, pero manejan el Estado, quieren hacer el papel de protectores de desvalidos, de los desamparados, de los desgraciados.

8.- Porque suponen que el pueblo no está en capacidad de escoger a quien,  en su momento, lo ha de representar en el gobierno central, sus adversarios de clase, haciendo de bondadosos, desde ya están preparando la lista de compasivos.

9.- Quienes manejan el accionar político sistémico de nuestro país, deducen  estar  dotados de la virtud de hacer el bien, se imaginan ser bienaventurados y que,  por tanto, pueden desempeñar  el papel de adivinos o brujos.

10.- Esos que creen reunir condiciones divinas para predecir el futuro, son los mismos que hacen cosas misteriosas, sacando de un sombrero a quién será el próximo presidente en el 2028.

11.- Desde ya pretender quién  estará  al frente del Estado, luego del 16  agosto de 2028,  es desconocer  la capacidad de las masas populares dominicanas, para decidir su propio destino.

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