Israel intensificó su ofensiva este miércoles en dos frentes: una incursión terrestre en Líbano contra Hezbollah, que dejó ocho soldados israelíes muertos, y ataques aéreos en Gaza que causaron la muerte de al menos 51 personas, incluidos niños. Esta escalada se produce en medio de las amenazas de represalias por parte de Israel tras el lanzamiento de misiles por Irán, que respalda tanto a Hezbollah como a Hamas.
En Líbano, el ejército israelí reportó siete muertes en enfrentamientos con Hezbollah y confirmó la incursión de sus tropas en territorio libanés. Mientras tanto, en Gaza, las operaciones continuaron casi un año después del ataque de Hamas que desató el conflicto, con bombardeos que han dejado numerosas víctimas.
La situación ha generado preocupaciones sobre un posible conflicto regional, con Estados Unidos aumentando su presencia militar en apoyo a Israel. Además, un ataque aéreo israelí en Damasco resultó en tres muertos, aunque Israel no se ha atribuido la responsabilidad.
Hezbollah confirmó enfrentamientos con fuerzas israelíes y prometió continuar atacando hasta que se logre un cese del fuego en Gaza. Israel, por su parte, ha advertido sobre la necesidad de evacuar a las comunidades cercanas a la frontera, y las muertes recientes en Líbano han superado los 1,000 en las últimas dos semanas, según el Ministerio de Salud libanés.
En el ámbito diplomático, Israel declaró al secretario general de la ONU, António Guterres, persona non grata, tras acusarlo de no condenar un ataque iraní reciente, lo que profundiza la brecha entre Israel y la organización internacional.