Palestinos del norte de Gaza informaron sobre intensos bombardeos israelíes el sábado, que dejaron al menos 22 muertos, mientras Israel continuaba advirtiendo a los residentes de esa región y del sur de Líbano que se alejaran de las ofensivas contra milicianos de Hamás y Hezbollah.
En tanto, en Líbano, la misión de paz de la ONU, UNIFIL, reportó un nuevo ataque a sus cuarteles en Naqoura, con un miembro herido de bala la noche del viernes, aunque no se aclaró quién disparó. Este ataque ocurrió tras otro en el que el ejército israelí había bombardeado los cuarteles por segundo día consecutivo.
Dichas advertencias de hambruna resurgieron, ya que los residentes del norte de Gaza afirmaron no haber recibido ayuda desde principios de octubre. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU indicó que no ha entrado ayuda alimentaria al norte desde el 1 de octubre, afectando a unas 400,000 personas.
Un alto funcionario de la ONU expresó preocupación por el cierre potencial de puertos y aeropuertos en Líbano, donde más de un millón de personas han sido desplazadas.
Por lo que, el ejército israelí declaró que Hezbollah disparó más de 300 proyectiles durante el Yom Kippur, y afirmó haber matado a 50 combatientes en Líbano, aunque estas afirmaciones no han sido verificadas.
Los bombardeos israelíes también afectaron el sur y este de Líbano, causando varias muertes y daños a hospitales. Desde el inicio del conflicto, el número total de muertos en Líbano ha alcanzado los 2,255.
Sin embargo, en Gaza, muchos residentes quedaron atrapados en sus casas, con suministros escasos y cadáveres sin recoger en las calles. En Jabaliya, un ataque aéreo dejó al menos 20 muertos, mientras que otros seguían desaparecidos bajo los escombros. El ejército israelí afirmó haber matado a más de 20 combatientes en esa zona.
Israel instó a los habitantes de Jabaliya y de la Ciudad de Gaza a evacuarse hacia el sur, advirtiendo sobre una fuerte ofensiva inminente. La guerra ha destruido amplias áreas de Gaza y desplazado cerca del 90% de su población.
Los residentes de Gaza describen bombardeos constantes y escasez de alimentos, con el PMA advirtiendo que los suministros limitados que distribuyeron podrían agotarse pronto. La ofensiva israelí se intensificó tras el ataque de Hamás del 7 de octubre, que dejó unas 1,200 personas muertas en Israel. Según autoridades locales, más de 42,000 palestinos han muerto en la ofensiva, que ha sido marcada por el caos y la desesperación humanitaria.
