El alcalde de Nueva York, Eric Adams, anunció en las últimas horas la declaración de “vigilancia por sequía” en la ciudad, en un esfuerzo preventivo para conservar el suministro de agua tras un octubre extremadamente seco. Aunque la medida no impone restricciones obligatorias, las autoridades han pedido a los residentes adoptar hábitos de ahorro de agua, advirtiendo que el clima seco que se extiende por el noreste de Estados Unidos podría tener efectos prolongados.
Nueva York y sus alrededores han experimentado un otoño con mínimas precipitaciones y temperaturas por encima de lo normal. En octubre, Central Park registró solo 0.01 pulgadas de lluvia, muy por debajo del promedio histórico de 4.4 pulgadas para este mes, según datos del Servicio Meteorológico Nacional citados por The Associated Press. Esta ha sido la menor cantidad de lluvias registrada en la ciudad en más de 150 años.
La “vigilancia por sequía” en Nueva York es la primera etapa del sistema de clasificación de sequías del estado, que incluye niveles progresivos de advertencia, emergencia y desastre. El anuncio de esta medida, que no establece limitaciones obligatorias, se centra en fomentar la conciencia y el compromiso ciudadano para moderar el consumo de agua. Adams enfatizó la importancia de ajustar los hábitos ante la falta de lluvias, instando a los neoyorquinos a participar en la conservación del agua.
“La madre Naturaleza está en control y debemos adaptarnos”, expresó Adams en un video difundido en redes sociales, citado por FOX 5 New York. El alcalde instó a los ciudadanos a realizar ajustes sencillos, como reducir el tiempo de las duchas, cerrar el grifo mientras se cepillan los dientes o lavan los platos, y evitar el uso innecesario de agua para limpiar las aceras.
De acuerdo con The New York Times, la situación es aún más compleja debido a trabajos de reparación en el acueducto de Delaware, una de las principales fuentes de agua de la ciudad, que trae el recurso desde la región de Catskill. Durante el mantenimiento, que incluye la reparación de filtraciones en esta infraestructura clave, la ciudad depende en mayor medida de los embalses ubicados en el norte de los suburbios de Nueva York, una zona que también ha recibido precipitaciones por debajo de lo normal, acumulando apenas 0.81 pulgadas en octubre.
El sistema de embalses y cuencas que abastece a la Gran Manzana ha visto una disminución en el flujo de entrada de agua, lo que plantea un desafío para mantener niveles suficientes en caso de que la sequía persista. Según Rohit T. Aggarwala, comisionado del Departamento de Protección Ambiental de Nueva York, la falta de lluvias en la región podría comprometer las reservas de la ciudad si la situación no mejora en los próximos meses.