Según una nueva ley aprobada este jueves, las parejas chinas que quieran divorciarse deberán previamente compartir un periodo de “reflexión” de un mes, lo que ha provocado indignación por la injerencia del Estado en las relaciones privadas.
Durante la asamblea anual del parlamento chino que se celebra estos días se están discutiendo reformas de un código civil que reemplazará las leyes existentes sobre matrimonio, adopción y derechos de propiedad, entre otros temas.