El 25 de septiembre de 1963, la República Dominicana vivió uno de sus episodios más oscuros con el golpe de Estado que derrocó al presidente Juan Bosch, apenas siete meses después de su toma de posesión.
Dicho evento no solo puso fin al primer gobierno democrático en más de seis décadas, sino que desató una ola de inestabilidad y conflicto.
Juan Bosch, líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), había sido elegido en diciembre de 1962 tras el final de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Su gobierno se caracterizó por reformas sociales y económicas, enfocadas en la transparencia, la redistribución de tierras y la defensa de los derechos laborales. Sin embargo, sus esfuerzos por limitar el poder de los sectores oligárquicos y militares generaron tensiones.
Sin embargo, antes de ser exiliado, Bosch publicó una carta el 26 de septiembre en la que reafirmó su compromiso con la justicia social y la democracia, destacando que durante su gobierno no había tolerado la corrupción ni la violencia. Afirmó: “Los hombres pueden caer, pero los principios no”.
En tanto, el golpe fue ejecutado por un grupo de militares liderados por el coronel Elías Wessin y Wessin, quienes justificaron sus acciones alegando una supuesta infiltración comunista en un contexto de Guerra Fría. Esta interrupción de la democracia condujo a una era de inestabilidad y al levantamiento de abril de 1965, que buscaba el regreso de Bosch al poder, culminando con la intervención militar de Estados Unidos.
Hoy, más de seis décadas después, Juan Bosch es recordado como un símbolo de la lucha por los derechos del pueblo dominicano. Su breve gobierno dejó un legado de justicia social y democracia que perdura en la historia del país.
Estas informaciones fueron comentadas este miércoles por Esteban Rosario, Indhira Vásquez, y Delvis Durán en el programa Polítika por un Tubo, que se transmite de lunes a viernes a partir de la 5 de la tarde por Teleuniverso Canal 29.
