Con su traslado al nuevo escenario del Parque Central, el carnaval de Santiago se potencia como actividad identitaria, acendrada en la idiosincrasia, de enorme raigambre popular y con proyección inconmensurable para fortalecer el turismo local con repercusiones y atractivos para visitantes extranjeros.
La experiencia del primer domingo “de calentamiento” de carnaval en el pulmón natural de la Ciudad Corazón fue gratificante y para sus organizadores debió ser excelente muestra de lo que se puede avanzar en organización, montaje, proyección e integración popular a una actividad de tanto arrastre.
Esta fiesta de la cultura, de raíz pagana y conectada con el catolicismo, tiene en el Parque Central el lugar ideal, de mayores ventajas, para evitar el caos del tránsito de antaño en la zona monumental, en el centro de la ciudad o en la avenida de Circunvalación del río Yaque, que fueron sus escenarios anteriores.
Hay facilidades de parqueos, mejor organización del tránsito vehicular y de transeúntes, amplias áreas para el público, conexión directa con sectores populares que alimentan la participación de lechones, comparsas, grupos y, en fin, el crisol de diversidad cultural que concurre a la otrora carnestolendas.
El liderazgo del gobierno municipal en organización y montaje de esa fiesta popular es retomado por la Alcaldía con el nuevo incumbente que se involucra, como debe ser, en toda manifestación importante de la urbe, dando el necesario respaldo oficial a una actividad que merece volver a ser lo que fue.
La primera experiencia en la locación del Parque Central para el carnaval de Santiago deja muchas experiencias, oportunidades de revisión de planes y acciones en un esfuerzo de mejora continua, para lograr más integración todavía y un posicionamiento que conduzca al liderazgo como producto para el turismo.