En un mundo que premia la productividad y glorifica la multitarea, muchas personas viven atrapadas en una carrera sin línea de meta. Mientras aparentamos tenerlo todo bajo control, por dentro se gesta una tormenta: el agotamiento emocional, la fatiga crónica, la apatía… síntomas de un enemigo silencioso y devastador: el Síndrome de Burnout o «estar quemado».
Este trastorno, reconocido oficialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019, no es un simple cansancio. Es un estado clínico caracterizado por tres dimensiones principales: agotamiento emocional, despersonalización (pérdida de empatía o conexión con los demás) y una disminución significativa del rendimiento profesional.
¿Cómo detectarlo?
El Burnout no aparece de un día para otro. Se instala progresivamente, como una sombra que opaca la vitalidad. Algunos signos de alerta incluyen:
Estos síntomas, si no se atienden, pueden evolucionar hacia trastornos graves como depresión mayor, ansiedad generalizada o incluso ideación suicida.
¿Quiénes están en mayor riesgo?
Aunque el Burnout puede afectar a cualquier persona, las mujeres presentan una vulnerabilidad significativamente mayor. Estudios actuales han demostrado que ellas asumen no solo cargas laborales, sino también el peso invisible del trabajo doméstico y de cuidado, generando una doble o triple jornada.
Según la revista The Lancet Psychiatry (2023), las mujeres tienen un 60% más de probabilidades de experimentar agotamiento emocional, especialmente en profesiones de servicio como salud, educación y hospitalidad, sectores altamente representados en zonas turísticas como Punta Cana.
En los hombres, el Burnout tiende a manifestarse con mayor frecuencia en forma de irritabilidad, abuso de sustancias y conductas escapistas. Sin embargo, su detección suele retrasarse por estigmas culturales que impiden expresar vulnerabilidad.
Recientemente, un estudio en España liderado por la Universidad Internacional de Valencia reveló que el 42% de los trabajadores del sector público presenta síntomas compatibles con el síndrome de Burnout. En países turísticos como República Dominicana, donde el ritmo laboral es acelerado y los niveles de exigencia en servicios de atención al cliente son altos, el impacto en la salud mental es cada vez más evidente pero aún subestimado.
En Estados Unidos, la renuncia masiva de profesionales de la salud post-pandemia —conocida como “The Great Resignation”— ha sido vinculada directamente al Burnout. En 2024, más de 60% de los médicos reportaron haber considerado dejar la profesión por agotamiento (AMA, 2024).
La prevención empieza con la conciencia. No se trata solo de descansar más, sino de reevaluar nuestras prioridades y límites. Algunas estrategias recomendadas:
Y quizás lo más importante: romper el silencio. Si notas en un amigo, pareja, familiar o colega cambios bruscos en su ánimo, fatiga extrema o desconexión emocional, no lo ignores. Escucha sin juzgar, valida su experiencia y sugiérele buscar ayuda profesional.
El Burnout no se supera solo con fuerza de voluntad o vacaciones. Es una condición médica que necesita intervención especializada. Como psiquiatra con formación en alta gerencia, neuropsicología clínica y terapia familiar, consideramos que el tratamiento debe ser multidisciplinario. Esto incluye psicoterapias con psicólogos clínicos con MA: terapia cognitivo-conductual (TCC), Terapia Familiar, técnicas antiestrés; además ajustes laborales que pueden incluir asesoría empresarial como intervenciones familiares e incluso medicación en algunos casos.
En Santiago y en Punta Cana, la necesidad de atención en salud mental crece al ritmo del turismo y el desarrollo. Contar con un psiquiatra con visión gerencial y clínica puede transformar el burnout en bienestar y productividad sostenible, permitiendo a las empresas, a los turistas que nos visitan y a las familias dominicanas acceder a un tratamiento integral para recibir atención especializada, que es una prioridad que está a tu alcance y puede ayudarte a recuperar el bienestar, la productividad y la armonía.
La salud mental no es un lujo, es la base sobre la que se construye todo lo demás. No esperes a que tu cuerpo grite lo que tu mente calla. Si estás agotado, tu rendimiento laborar ha disminuido, si sientes que has perdido la chispa que antes te motivaba, si ya no te reconoces, es hora de buscar ayuda. No estás solo.
En Punta Cana, la posibilidad de sanar está más cerca de lo que crees. Tu bienestar es prioridad. Tu salud mental, lo primero.
