28 Abril 2024

Productores de cannabis atrapados por fallos en la legislación en Nueva York

Teleuniverso

En un invernadero de la isla Long Island, a dos horas en automóvil de la megalópolis plagada de rascacielos, el agricultor trabaja en la fase final de su cosecha de «Blue Dream» en medio de cientos de plantas frondosas y fragantes que pueden producir un kilo de flores de cannabis cada una.

«Es una variedad muy popular de la costa oeste (estadounidense), que se fuma durante el día. Mucha gente la prefiere porque no quiere quedarse adormilada», explica sonriente, en medio del exuberante entorno.

Pero, de momento, el negocio no va como esperaba este hijo de inmigrantes portugueses. Crecido en Long Island, Ribeiro estudió arquitectura, luego montó una empresa de albañilería antes de pasarse al negocio del cáñamo y después al del cannabis.

Más de dos años después de la legalización del consumo de cannabis en el estado de Nueva York, Marcos Ribeiro, de 40 años, ha invertido «cientos de miles de dólares», pero el mercado oficial, que se calculaba iba a movilizar miles de millones de dólares, sufre importantes problemas.

«Todo este cannabis ha crecido y no hay tiendas donde venderlo. Es muy estresante», suspira Ribeiro.

No es el único. En el estado hay ya más de 200 productores y solo 23 comercios legales que venden marihuana, en una región de 20 millones de habitantes que se extiende hasta Canadá. Según datos oficiales, unos 1,6 millones de adultos confiesa consumir el psicotrópico.

«Los productores podrían acabar cultivando una gran cantidad de producto que no podrán hacer llegar al mercado, generándoles una enorme presión fiscal a sus negocios ante las inversiones realizadas para el cultivo y procesamiento» del cannabis, advierte Andrew Rosner, vicepresidente de la Cannabis Association de Nueva York.

Según otra organización del sector, la Cannabis Growers Alliance, las pérdidas para los peores casos podrían ascender a millones de dólares.

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